Cannabidiol (CBD)

18.10.2020

INTRODUCCIÓN

El estudio de los cannabinoides en el tratamiento de ciertas enfermedades, la mejora de sintomatología o incluso su potencial uso en el deporte y rendimiento lo han colocado dentro del mundo deportivo en los últimos años. El conocido cannabinoide canabidiol (CBD) es uno de los numerosos compuestos encontrados en el cannabis sativa. Su comercialización en los últimos 5 años ha aumentado por el reclamo desde el mundo deportivo de los posibles beneficios del CBD en ámbitos como la ansiedad, la inflamación o el dolor crónico y su ventaja por no presentar efectos psicoactivos en comparación con su homólogo canabinoide más conocido, el tetrahidrocanabidiol o THC, responsable de los efectos psicotóxicos del cannabis. 

A este crecimiento del nombre del CBD se le han sumado organizaciones internacionales y organismos conocidos mundialmente como la Organización Mundial de la Salud (OMS) o la Agencia Mundial Antidopaje (WADA) e incluso determinados atletas profesionales también aparecen "haciendo uso" o publicitando productos con CBD. La OMS introdujo una recomendación a finales de 2017 en relación al CBD y su fiscalización, además de añadir la no utilización del cannabidiol en uso médico, debido a la escasez de datos y estudios, salvo el potencial efecto frente a convulsiones epilépticas y enfermedades relacionadas. 

De nuevo en 2018 elaboraron una revisión de expertos en un propio documento en el que denunciaban la presencia no autorizada de productos online a base de CBD como aceites y cápsulas promocionadas como tratamientos para la epilepsia, cáncer, VIH, ansiedad o dolores crónicos sin estar incluida dentro de su lista de medicinas esenciales. Pese a existir una variedad de derivados de plantas o sintéticos con cierto grado de uso en el ámbito médico, también existe un gran número de productos no autorizados con cantidades de THC o CBD desconocidas y peligrosas.

En segundo lugar, si atendemos a este último argumento, la WADA se pronunció en 2018 y si bien el CBD exclusivamente está fuera de los cannabinoides considerados como sustancias prohibidas (su consumo para la competición) el resto de cannabinoides siguen estando prohibidos. Palabras textuales: "todos los cannabinoides naturales y sintéticos, con excepción del cannabidiol". 

En los últimos 5 años el CBD está en auge, sin embargo, aún la mayoría de evidencia se basa en estudios preclínicos o en modelos animales, habiendo pocos estudios que analicen a una población deportista o deportistas de alto rendimiento.


Farmacocinética y farmacodinámica del CBD

Existe aún limitada información acerca de la farmacocinética y farmacodinámica del modo de actuación del CBD. Los dos receptores implicados en la interacción con los cannabinoides son CB1 y CB2. 

- CB1: Localizado principalmente en el sistema nervioso central, pero puede también presentarse en el sistema nervioso periférico, sistema cardiovascular y gastrointestinal, músculo esquelético, hígado y órganos reproductivos. 

- CB2: Se encuentran preferentemente en el sistema inmunitario y también en el sistema nervioso central.

Centrándonos en la parte que nos concierne, la farmacodinámica del CBD parece presentar pequeña afinidad por estos receptores. El CBD parece ser que actúa como antagonista del receptor CB1 (en contraposición del THC y causante de esa analgesia, ansiedad, sedación y apetito) y de los receptores CB2, así como de otros receptores no cannabinoides. En lugar de unirse a ellos, el CBD parece inhibir la unión de otros cannabinoides a estos receptores y alterar sus efectos.

Otro mecanismo de acción del CBD en el sistema endocannabinoide está indirectamente asociado con la inhibición de la enzima "Fatty acid amide hydrolose" (FAAH), clave en la degradación de la principal molécula señalizadora de endocannabinoides, la anandamida (AEA). Esta inhibición enzimática produce un aumento de las concentraciones cerebrales y plasmáticas de AEA, actuando como parcial agonista de los receptores CB1 y CB2 y por ende, aumentando la actividad endocannabinoidea. 

Por otro lado, el CBD es capaz de interactuar con otras vías de señalización distintas al sistema endocannabinoide como son el receptor de serotonina 5-HT1a, TRPV1 y varias enzimas como COX1 y COX2 o el citocromo P450.

Cabe destacar que la gran mayoría de estas vías de actuación del CBD están identificadas en modelos celulares in vitro a la espera de ser validadas in vivo.

La farmacocinética observada con medicinas basadas en cannabis muestra variación en función de la formulación y de la vía de administración. En el estudio realizado por Taylor y colaboradores administraron una dosis oral  de 1500-6000 mg. Establecieron su pico de concentración en plasma a las 4-5 horas de su administración, mientras que su vida media fue de 14 - 17 horas. Siendo no dosis-dependiente en este rango de administración.

En otro segundo estudio con menor dosis oral de CBD (300 mg), se estableció un pico máximo menor, de 2-3 horas. Es destacable que las concentraciones en plasma incrementaron cuando el CBD fue administrado junto con una comida rica en grasas. Hay que tener en cuenta que el THC y CBD tienen una biodisponibilidad oral limitada debido a su naturaleza lipofílica, aunque en estudios in vitro el CBD resultó ser menos lipofílico de lo esperado. Aún así, el uso crónico hace que por su propia naturaleza se acumule en el tejido adiposo afectando esta situación a la redistribución y la duración de los efectos. Además, al metabolizarse por vía hepática a través del sistema enzimático CYP450 hace que el pico máximo en sangre se prolongue en el tiempo y éste sea menor, pudiendo resultar en un periodo más largo y lento del efecto. Con esto se muestra la gran heterogeneidad de resultados en función de la persona y las condiciones de administración.

La inhalación muestra similar farmacocinética que la intravenosa. Se muestran concentraciones máximas más elevadas en sangre con respecto a la ingesta oral. El CBD inhalado muestra concentraciones en plasma y  un tiempo de permanencia similar al del THC,  aunque existen variables inter e intraindividuales, además de afectar tanto el tiempo de administración, como la duración o los intervalos de administración. La farmacocinética entre inhalar a través de un vaporizador o la acción de fumar resultaron ser comparables.

La absorción a través de preparaciones oromucosales parecen ser las más útiles si se requiere de un rápido efecto. En estudios in vitro se ha determinado que la permeabilidad del CBD en piel es 10 veces mayor que la del THC.

Pese a todo ello, la mayor parte de investigación acerca del mecanismo de acción del CBD está obtenida actualmente en modelos animales o en humanos saludables o consumidores de cannabis, por lo tanto, extrapolar fehacientemente todos los datos al resto de población o incluirlo dentro de las recomendaciones relativas al rendimiento deportivo y población deportista se hace aún compleja. 

Existe muy poco conocimiento de la actividad farmacológica de los metabolitos producidos por el CBD en humanos y además hay una variabilidad grande que influyen en la acción del cannabinoide estudiado como pueden ser patologías previas, composición corporal, microbioma e incluso la administración junto con otras drogas o nutrientes que podrían utilizar las mismas rutas enzimáticas, además de otros muchos factores no dilucidados aún. Son necesarios más estudios e investigación para determinar con mayor exactitud el mecanismo de acción de este y otros cannabinoides.


Retomando el camino del mundo deportivo, los potenciales beneficios del CBD en el deporte son llamativos y apetecibles de cara a la mejora del rendimiento (como su acción antiinflamatoria,  analgésica o su relación con la mejora del descanso) por lo que la justificación del aumento de su uso en deportistas profesionales y recreacionales es lógico, sin embargo, en los siguientes apartados vamos a analizar si todos estos potenciales efectos beneficiosos están contrastados o gozan de suficiente evidencia científica para poder recomendarlo


CBD como antiinflamatorio

En modelos preclínicos de inflamación aguda el CBD parece atenuar la respuesta inmunitaria, producir citokinas antifinlamatorias e inhibir las proinflamatorias y especies reactivas de oxígeno. Estos posibles efectos antiinflamatorios se ven en modelos in vivo a dosis más grandes mientras que algún estudio evidencia cierta eficacia a dosis menores (1,5 mg x kg peso). En humanos la investigación del CBD e inflamación es aún limitada.

Como recoge esta revisión en "pre-journal", el CBD modula de manera directa o indirecta receptores implicados en la inflamación como CB2, TRPV1, PPAR gamma o A2A. Éste último puede regular la sobrexpresión de células inmunitarias. 

El efecto antiinflamatorio está regulado por CB2 y TRPV1 fundamentalmente, mientras que analgesia podría ser causado por TRPV1. Esto hace que el CBD pueda reducir diferentes marcadores y metabolitos proinflamatorios como citoquinas, PGE2, ciclooxigenasas, NO y ROS. Además, puede regular también receptores 5-HT1a, pudiendo tener potenciales efectos analgésicos mediante esta otra acción.

Desde los años 80 se realizan modelos in vitro, analizándose todos estos posibles efectos. Pese a todos estos alentadores beneficios frente a la inflamación, los estudios realizados con CBD y el manejo de lesiones deportivas son escasos,  por lo que es pronto aún para relacionar directamente el CBD con la mejora de estos parámetros inflamatorios en este tipo de situaciones. 

En segundo lugar, se ha estudiado la relación del consumo de CBD en relación a la osteoartritis en modelos animales mediante inyección intraarticular. Esta administración producía una reducción de la inflamación aguda. Por otra parte, como ya hemos visto, la relación que guarda con el receptor TRPV1 y la analgesia, está relacionada con DOMS (delayed onset muscle soreness) o las famosas agujetas. Estos estudios en animales podrían acercar la postura de la utilidad del CBD como atenuante de DOMS y sus consecuencias relacionadas, como el estrés oxidativo y la inflamación. 

En definitiva, son necesarios más estudios clínicos para determinar si el CBD es una estrategia alternativa frente al dolor crónico, agujetas e inflamación frente al continuo uso de opioides o AINEs. Sin embargo, es necesario diferenciar lo que es una inflamación o dolor producida por una lesión, que las propias adaptaciones musculares inducidas por el entrenamiento. Limitar éstas segundas continuamente a través de antiinflamatorios, aunque provengan de compuestos "naturales" como puede ser el CBD, puede reducir las adaptaciones y al final limitar la mejora del entrenamiento.


Neuroprotección

Los receptores CB1 se encuentran de manera predominante en el sistema nervioso central. Los deportes de contacto y en los que el número de choques y contusiones son elevadas (rugby o fútbol americano), la incidencia de estas lesiones a nivel cerebral es mayor, pudiendo sufrir traumatismos y lesiones a ese nivel. El riesgo de sufrir encefalopatías también es elevado y en estudios preclínicos y modelos animales se ha podido ver como el tratamiento con aceites de CBD mejoraba en estos modelos disfunciones relacionadas con la lesión cerebral, posiblemente a través de reducción de glutamato y GABA extracelular. El padecimiento de encefalopatías guarda mucha relación con enfermedades neurodegenerativas como Alzheimer.

De nuevo es pronto todavía poder establecer la base para utilizar CBD en deportes con alto riesgo de sufrir encefalopatías.


Nocicepción y dolor crónico

Existen estudios en combinación con THC donde se observan posibles efectos beneficiosos, sin embargo, los efectos terapéuticos del CBD administrado de manera aislada son limitados. Estudios preclínicos in vivo recogen ciertas debilidades metodológicas como el tipo de daño al que se hace referencia, el periodo de tratamiento, la vía de administración... aunque sí se  pueden observar ligeros efectos analgésicos, estos son mucho más livianos que los logrados con la administración de THC o de otros agentes específicos utilizados en el tratamiento del dolor crónico. 

Es necesario tener en cuenta que el CBD utilizado en dosis bajas (<1 mg x kg) no reduce significativamente el dolor mientras que dosis mayores no siempre producen el mismo efecto en magnitud. La evidencia en este aspecto es limitada.


Ingesta dietética y apetito

Varios estudios preclínicos en roedores sugieren que altas dosis podrían influenciar en la cantidad de comida ingerida horas después de su toma. 

En estos modelos animales mientras que dosis de 1 - 20 mg x kg no influían, dosis más elevadas cercanas a 4,4 mg x kg hasta 50 mg x kg suprimían la ingesta (en ratas) después de periodos largos (4-6 horas) de alimentación "ad libitum". 

Una revisión reciente realizada en humanos con epilepsia tratados con CBD (5-20 mg x kg) tuvieron reducciones del apetito superiores con respecto a aquellos que recibieron un placebo. Mientras que otros cannabinoides con actividad agonista del receptor CB1 inducen hiperfagia cuando se administran exógenamente, el CBD no parece mostrar dicho efecto. 

Dado el hecho del efecto indirecto sobre el sistema endocannabinoide del CBD a través del acumulo de AEA previamente explicado, puede ser esta circunstancia la causante del efecto sobre el comportamiento alimentario. Muchos factores pueden estar implicados en este aspecto, por lo que son necesarios más estudios para determinar los efectos reales del CBD en la regulación del apetito. Es interesante prestar atención a este aspecto en el mundo de la nutrición deportiva, siendo puntos críticos la ingesta pre y post entrenamiento en deportistas.


Protección frente a enfermedades e infecciones

Previamente ya se ha visto la modulación del sistema inmunitario que el CBD podría tener en la atenuación de la respuesta inflamatoria y daño muscular producido por el ejercicio. Sin embargo, cuando vemos la eficacia del CBD frente a enfermedades tan comunes entre deportistas como resfriados que pueden producirse ante periodos críticos de entrenamiento o aumento de la intensidad o volumen del entrenamiento se encuentra limitada. 

En una revisión donde se identificaron los reclamos online de determinadas páginas web abogando por el uso del CBD frente infecciones virales como resfriados los autores solamente encontraron 2 estudios (in vitro) de efectos antivirales y 2 estudios (in vitro) de efectos antimicrobiales. Es pronto aún para establecer si el CBD sería eficaz en el tratamiento o la prevención de infecciones y resfriados.


CBD, sueño y descanso

En un estudio doble ciego con placebo y control comprobaron que 160 mg de CBD aumentaba la sensación de durabilidad del sueño en 15 sujetos que padecían insomnio, aunque otros parámetros de calidad del sueño como número de interrupciones del sueño, sensación de descanso o tiempo total de descanso no fueron variados. 

Dos estudios de casos realizados en individuos con Parkinson resultaron en una disminución de los síntomas de fase REM en cuatro sujetos (administrándose 75 - 300 mg x día) mientras que 25 mg al día de CBD mejoraron la calidad subjetiva del sueño en mujeres jóvenes con desórdenes de sueño post traumáticos. Estos estudios cuentan con la limitación del tamaño muestral y de que los parámetros medidos son subjetivos.  Por otra parte, el CBD podría influenciar en otros factores que influyen en la calidad del sueño como la ansiedad.

En el siguiente estudio aleatorizado, doble ciego, con grupo placebo y grupo control se seleccionaron 26 participantes sin ninguna patología, y se suplementaron con 300 mg de CBD (99,9% de pureza y sin THC) mediante un preparado encapsulado en aceite. Se utilizó esta dosis basándose en estudios previos relacionando esta dosis con sus potenciales efectos como ansiolítico e inductor de somnolencia. Se administró el placebo o la dosis de CBD 30' antes de realizar la polisomnografía. Los resultados obtenidos fueron los siguientes: 

"No existieron conclusiones significativas en relación a tiempo total durmiendo, tiempo en fase REM y NREM, tiempo hasta quedarse dormido."

Por lo tanto, como conclusión a este estudio podemos averiguar que la suplementación con CBD en el campo del descanso no parece ser efectiva. 

*Alternativas como la correcta higiene del sueño, correcta alimentación (ingesta correcta de proteína antes de acostarte y de hidratos de carbono), control del estrés y en último lugar la suplementación con melatonina o triptófano, son solo algunas estrategias que deberían considerarse por delante de la suplementación con CBD a día de hoy.


CBD como ansiolítico

Estudios sugieren que el CBD tiene poca influencia en la ansiedad bajo condiciones de "bajo estrés" en participantes sanos. Sin embargo, varios estudios han demostrado efectos ansiolíticos de CBD (300-600 mg) en condiciones en las que se inducía el estrés (ejemplo, hablar en público) en participantes sanos y también en individuos con trastornos por ansiedad. De hecho, en un estudio se observa que una dosis de CBD (300 mg)  mostraba una eficacia comparable a la administración de otro fármaco ansiolítico. Sin embargo, otras muchas investigaciones no han encontrado ningún efecto del CBD en este tipo de situaciones. Esto puede deberse a una gran variedad interindividual, habiendo muchos factores de confusión en función del sujeto medido, del contexto o de la dosis y formulación del CBD administrado, como en la mayoría de ocasiones sucede.

En uno de los estudios analizados se observa una relación de dosis-respuesta invertida en forma de U entre el tratamiento agudo de CBD y la sensación subjetiva de ansiedad, lo que indica que 300 mg producirían el efecto ansiolítico más fuerte, con respecto a la administración de 150 mg o 600 mg.

En conclusión, sí parece que el CBD en dosis de 300 mg podría tener efectos ansiolíticos, especialmente en situaciones estresantes y en individuos con trastorno por ansiedad, antes que la administración de 150 o 600 mg, aunque es necesario su mayor estudio en situaciones relacionadas con la competición y el esfuerzo percibido por el atleta en el entrenamiento para dilucidar un efecto claro del CBD en estas situaciones.


Riesgos de un positivo en dopaje

Pese a que la WADA autorizó el uso de CBD dentro del mundo deportivo de competición, el uso no médico de productos derivados o sintéticos de CBD que puedan contener THC u otro cannabinoide, pueden suponer mayores riesgos que beneficios, pese al potencial beneficio que aporte el CBD en la salud o en la mejora del rendimiento. 

La regulación debe ser homogénea. Muchos productos utilizados como aceites de CBD, suelen venir con la etiqueta "amplio espectro" o "espectro completo", por lo que la presencia de otros cannabinoides puede darse. 

En este último estudio que mencionamos a continuación, se revisaron 75 productos comestibles de distintas marcas y regiones de Estados Unidos. De ellos, solo el 17% estaba etiquetado acorde a las cantidades que tenía el producto, el 23% estaba infravalorado y lo más llamativo, el 60% estaba sobrevalorado en la cantidad de THC que contenía el producto. En cuanto a la presencia de distintos tipos de cannabinoides, se observó que el contenido sin THC de estos productos fue generalmente bajo. Además, el 59% (44 muestras) tenían niveles de CBD, mientras que en tan sólo 13 de ellos el CBD fue etiquetado.

Pese a que la WADA convierte en legal el consumo de CBD en alta competición, la inseguridad a la hora de consumir derivados o productos que contengan cannabinoides debe hacernos plantearnos los beneficios y perjuicios posibles a la hora de incluirlo en la actualidad.


Las búsquedas básicas realizadas en bases de datos como pubmed reportan estos resultados:

  • CBD and sport performance = 4 resultados que no tienen que ver con ello.
  • CBD and sport = 30 resultados.
  • Cannabidiol and sport performance = 2 resultados.
  • Cannabidiol and sport = 26 resultados.

En un estudio observacional de la universidad de Liverpool del año 2020 se reunieron a 30 jugadores de rugby profesionales con una edad de 18 años o mayor que compiten en la Liga Inglesa donde recogieron datos durante la temporada 19-20 de 25 clubes con un total de 517 respuestas a través de un formulario anónimo con multi respuesta de 15 preguntas acerca del uso de productos con CBD.

Los resultados mostraron que el 91% de las respuestas (n=472) conocían el CBD procedente en un 73% de internet, compañeros de equipo en un 61% o incluso de otro equipo (41%) siendo únicamente de un 16% procedente de un nutricionista o de estudios inferior al 1%. 

De estos 472 jugadores, un valor significativo dijo no haberlo usado nunca aunque una proporción del 26% se encontraban actualmente (8%) o ya lo habían utilizado (18%). En la siguiente imagen se recogieron las principales razones de su uso, siendo en un 67% los testimonios de haber percibido un beneficio el cual motivó su uso sin ninguno de ellos declararon efectos adversos. Lo más interesante fue que de los consumidores actuales o previos, un 52% no era consciente del riesgo de un posible positivo por doping, creyendo un 79% de que el producto utilizado debería ser declarado como libre de sustancias prohibidas mientras que un 21% no estaba seguro o era consciente que estos productos no eran testados.

El estudio reveló también que un alto porcentaje de jugadores, principalmente de 28 años y mayores, seguiría tomándolo aún con el conocimiento de los riesgos, principalmente con el objetivo de mejorar el dolor, la recuperación y la calidad del sueño. Esto hace necesario una mayor implicación y educación por parte de los deportistas de elite de los riesgos presentes que pueden conllevar a día de hoy el consumo de ciertas sustancias y del riesgo-beneficio actual, ya que la evidencia no es sólida en la mayoría de los aspectos reclamados por estos atletas para su consumo.


Conclusiones

Estudios preclínicos han relacionado el CBD con una serie de efectos relacionados con la mejora del sueño y del descanso, así como su uso como agente antiinflamatorio, analgésico y ansiolítico. Sin embargo, no existen prácticamente estudios clínicos realizados en población deportista que puedan mostrar un efecto beneficioso en el rendimiento deportivo derivado de la mejora en los parámetros mencionados. Es pronto para recomendar su uso en nuestros atletas y deportistas.

En primer lugar, no se suele comparar el uso del CBD frente a otros medicamentos o suplementos de uso común. Existen otros productos como la curcumina y su acción frente al dolor muscular e inflamación o el triptófano y la melatonina para favorecer el descanso, que tienen más respaldo científico y experiencia práctica para conseguir esos potenciales efectos que destacan del CBD. Tampoco conocemos cualquier interferencia o efecto secundario ni las variedades utilizadas en su extracción. Los efectos secundarios más recogidos son cansancio, diarrea, modificación del peso corporal o el apetito. Por tanto, el CBD no debería ser usado junto con medicación convencional para evitar posibles efectos secundarios o alteraciones, todavía no conocidas.

Es dosis-dependiente y es necesario definir con claridad qué, cuánto y cómo administrarlo para llegar a alcanzar los supuestos efectos deseados ya que el mecanismo de acción y las rutas metabólicas son bastante desconocidas hasta la fecha.

Hay una gran cantidad de productos en el mercado disponibles para el consumidor sin ninguna regulación clara y homogénea. El desconocimiento de la pureza y la cantidad del compuesto, así como la posible presencia de THC, es un gran contra, para poder recomendar la utilización de este producto. Muchos productos contienen más o menos cantidades de CBD de las declaradas y si hay presencia de THC existe el riesgo de intoxicación o de dopaje. 

Existe una alta prevalencia de consumo y búsqueda de información en fuentes no del todo sólidas o fiables, por lo que se necesita también una mayor educación y formación a estos deportistas sobre los riesgos y beneficios del consumo de CBD en la actualidad.

La legislación mundial de CBD es aún heterogénea, compleja y en constante cambio.


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