El uso de CURCUMINA en el deporte.

17.10.2020

La cúrcuma es una planta con una raíz de color anaranjado que comúnmente es transformada en polvo para usarse como condimento o como colorante alimentario (E-100). Está compuesta fundamentalmente por tres sustancias llamadas curcuminoides: curcumina (60-70%), demetoxicurcumina (DMC) (20-27%) y bisdemetoxicurcumina (BDMC) (10-15%), además de otros componentes como aceites volátiles (turmerona, atlantona y zingibereno), proteínas, azúcares y resinas. Por lo tanto, la curcumina es el principal compuesto fenólico de la cúrcuma.

CÚRCUMA Y SALUD.

En diversos estudios, los efectos terapéuticos de la curcumina y sus análogos se han demostrado eficaces en una serie de afecciones patológicas como el cáncer, la osteoartritis, la enfermedad del hígado graso no alcohólico, la ansiedad y la depresión, las enfermedades pulmonares y la lesión por isquemia. De igual manera, en una revisión sistemática y metaanálisis de ensayos clínicos controlados aleatorios se sugiere que la suplementación con curcumina aumenta moderadamente la adiponectina circulante. La adiponectina es una hormona que media en numerosos procesos metabólicos, incluida la regulación de la glucosa y la oxidación de los ácidos grasos, considerándose un regulador clave de la sensibilidad a la insulina, además de poseer propiedades antiinflamatorias, y favorecer la recuperación de la resistencia a la insulina sistémica, pudiéndose usar como un predictor de enfermedad cardiovascular (ECV). Además, se ha encontrado que los niveles bajos de adiponectina se correlacionan con un mayor riesgo de enfermedades, que incluyen; diabetes, dislipidemia, hipertensión y síndrome metabólico. (Clark. C y col., 2019). Como se recoge en otra extensa revisión realizada por Amirhossein Sahebkar en 2014, los efectos protectores cardiovasculares propuestos de la curcumina podrían atribuirse a mecanismos distintos de la mejora del perfil lipídico, ya que no se observan cambios en este aspecto. En la revisión que trataremos hoy, no nos centraremos en el posible uso de la cúrcuma y sus implicaciones para la mejora de ciertas enfermedades, si no que nos centraremos en su uso en el deporte. Sin embargo, la ingesta de cúrcuma o la suplementación con curcumina y su relación con la mejora de estas enfermedades mencionadas es otra rama de investigación que requeriría una amplia revisión para sacar conclusiones al respecto.

SUPLEMENTACIÓN CON CURCUMINA. MODO DE EMPLEO.

* En primer lugar, vamos a analizar qué tipos de curcumina existen en el mercado y la diferente biodisponibilidad y tasas de absorción que presentan.

El suplemento administrado en el estudio de Tanabe y colaboradores en 2019, que posteriormente analizaremos, era Theracurcumina (curcumina dispersada con partículas submicrónicas coloidales, es decir, micelas), siendo esta la forma más biodisponible de curcumina desarrollada, proporcionando mayores concentraciones en sangre con respecto al polvo de curcumina que se pueda tomar de la propia cúrcuma y también presentando una absorción 10,7 veces mayor con respecto a otra preparación que puede encontrarse en el mercado como BCM-95 (curcumina micronizada con aceites esenciales de cúrcuma) y 5,6 veces mayor que Meriva (curcumina con cubierta de fosfolípidos). (Sunagawa . Y y col., 2014). En consonancia con este estudio se encuentra el realizado por Schiborr. C y colaboradores, donde probaron dos estrategias diferentes, la micelación y la micronización, para mejorar la solubilidad acuosa de la curcumina. La curcumina se incorporó así a un polvo micronizado o a micelas líquidas y se investigó su cinética de absorción y excreción en un estudio cruzado simple ciego con sujetos sanos de sexo femenino (n=13) y masculino (n=10). El Área bajo la Curva (AUC) es la medida más fiable para observar la disponibilidad biológica de un compuesto, ya que tiene en cuenta la respuesta completa a lo largo del tiempo, mientras que la Concentración Máxima (Cmax), es utilizada por algunos investigadores para describir el "aumento de la biodisponibilidad", mide solo un punto en el tiempo y, por lo tanto, es menos indicativa del efecto a largo plazo. En el estudio observaron que después de la ingestión de micelas de curcumina en comparación con la forma nativa, las mujeres, los hombres y la media de todos los sujetos aumentaban su AUC 277, 114 y 185 veces, respectivamente, observándose diferencia entre géneros. Con respecto a la micronización, se observó como ésta aumentaba el AUC con respecto al polvo de cúrcuma en mujeres, hombres y de media de todos los sujetos 14, 5 y 9 veces más, respectivamente. Al analizar la Cmax, se observó como de media en todos los sujetos ésta era 6 veces superior tras la administración de la curcumina micronizada y 453 veces mayor tras el aporte de curcumina en micelas, con respecto a la curcumina en polvo. Todos los participantes consumieron un total de 500 mg de curcuminoides (410 mg de curcumina, 80 mg de DMC y 10 mg de BDMC). De esta manera, se muestra como la cúrcuma en micelas es la fórmula que mejor absorción presenta. (Schiborr. C y col., 2014).

Se ha comprobado como dosis muy altas de hasta 10 - 12 g de curcumina en polvo administrada en cápsulas en una dosis única fueron toleradas y seguras (este dato nos indica la cantidad máxima tolerada administrada de forma aguda) (Vareed. S y col, 2008), aunque la Theracurcumina al presentar una mayor absorción, no se administra en dosis tan altas, comprobándose cómo hasta 180 mg diarios (7 días) pueden ser seguros y bien tolerados y una dosis única de 500 mg de esta curcumina en micelas presentaría una Cmax cercana a la mitad de la que se alcanzaron administrando 10 g de curcumina en polvo en cápsulas de forma aguda (3228 nmol/l vs 8420 nmol/l). (Schiborr. C y col., 2014). En 6 de los estudios analizados en la reciente revisión realizada en 2020 por Suhet. L. G y colaboradores, evaluaron la presencia de efectos secundarios en relación con la suplementación con curcumina, informando de que no se tuvieron síntomas adversos ni daños a la salud con las dosis utilizadas. Las dosis observadas en los distintos estudios de esta revisión fueron bastante variables, aportando 180 mg diarios de Theracurcumina durante 7 días, 500 mg diarios de Meriva durante 4 días, y hasta 6000 mg diarios de curcumina en polvo durante 5 días en función del estudio analizado. En el estudio de Hsu y Cheng en 2007, se muestra como en pacientes con cánceres colorrectales avanzados tratados con curcumina con dosis de hasta 3600-8000 mg diarios durante hasta 4 meses, casi no hubo toxicidad perceptible relacionada con la curcumina, excepto por algunos efectos secundarios gastrointestinales, incluyendo náuseas y diarrea, que generalmente eran muy leves y fácilmente manejables.

CURCUMINA EN EL DEPORTE

En la revisión realizada por Suhet. L. G y colaboradores en este año 2020, analizan el papel de esta sustancia en el deporte, incluyendo en su revisión 11 papers relacionados, los cuales iremos desgranando en esta revisión.

Uno de los principales efectos estudiados de la cúrcuma en el deporte, es su relación con la reducción del dolor y daño muscular. También observándose su relación con la mejora de la recuperación muscular y el rendimiento.

Para ponernos en contexto, debemos conocer cómo se evalúa el daño muscular en los estudios que veremos a continuación. La toma de biopsias musculares tras la realización de ejercicios intensos (especialmente excéntricos), es un método muy invasivo, por lo que los investigadores utilizan otros métodos de tipo indirecto que permiten determinar el grado de daño muscular. Estos métodos serían: la pérdida prolongada de la fuerza muscular, la disminución del rango de movilidad (ROM), el dolor muscular (medido comúnmente mediante una escala subjetiva), la rigidez muscular, la inflamación y edema del miembro ejercitado, así como el aumento de nivel de las proteínas musculares en sangre. Usualmente se utilizan dos proteínas musculares como indicadores de daño muscular, las cuales son la Creatin -Kinasa y la Mioglobina. Cuando se lesiona la célula muscular, estas proteínas salen y se acumulan en la sangre. (Clarkson. P, 1990).

Entrando ya en faena, vamos a observar ciertos estudios que muestran potenciales efectos beneficiosos del empleo de cúrcuma en la reducción de este daño muscular o del dolor muscular.

En el estudio realizado por Tanabe, Chino, Ohnishi, y col. (2019), se administró curcumina durante distintos periodos de tiempo para valorar su efecto sobre un ejercicio de fuerza excéntrico, consistente en la realización de 30 contracciones de hombro. Se observa como en el grupo suplementado con curcumina durante los 4 días posteriores al entrenamiento (n=8) se reducía el daño muscular, en comparación con el grupo suplementado durante los 7 días previos al entrenamiento (n=8) y el grupo control (n=8).

A su vez, en este estudio se observa como el ROM mejoraba sólo en el grupo que se suplementaba curcumina durante los días posteriores al entrenamiento.

Las dosis administradas de curcumina fueron 90 mg de curcumina después del desayuno y 90 mg después de la cena (un total de 180 mg). El grupo considerado Post - Ejercicio, tomó esas dosis durante los 4 días posteriores a la realización del ejercicio. En cambio el grupo considerado Pre - ejercicio, tomó esas dosis durante los 7 días previos al ejercicio, dejando 24 horas entre la última toma y la prueba, para evitar comprobar el efecto agudo de la curcumina.

  • Por lo tanto, este estudio nos habla de que la ingestión de 180 mg de curcumina (Theracurcumina) durante los 4 días posteriores a un ejercicio de fuerza excéntrico puede mejorar parámetros de daño muscular y ROM, sin embargo, usar este suplemento como prevención durante los 7 días previos no proporcionaría los mismos resultados. En este estudio no se evalúa la ingestión aguda ni puntual de esta sustancia como pre o post - entrenamiento. (Tanabe, Chino, Ohnishi, y col., 2019)

Ø *Este estudio en concreto muestra reducción en el daño muscular tras un entrenamiento de fuerza de hombro (excéntrico)

Aporte SMN: ¿Quizá podría ser útil valorarlo en deportistas de Crossfit, cuya mayor incidencia de lesiones son en el hombro? (Santos Da Costa y col., 2019)

En el estudio realizado por Delecroix y col., en 2017, administran 6 g de curcumina en polvo + 60 mg de piperina de manera diaria durante 4 días. Shoba y col., en 1998 demostraron que el componente activo de la pimienta negra, la piperina, mejoraba la biodisponibilidad de la curcumina en un 2000% en humanos. (En este estudio administraban 2 g de curcumina junto a 20 mg de piperina). En el estudio de Delecroix y colaboradores se quiso analizar el efecto de esta suplementación oral, en distintos parámetros de recuperación tras la realización de ejercicio de fuerza que induce el daño muscular. Se administraron 3 dosis diarias de 2 g de curcumina + 20 mg de piperina durante las 48 horas antes de la realización del ejercicio, y durante las 48 horas después, cada 6 horas, exceptuando el día en el que se realizó el ejercicio, en el cual se administró la primera dosis 45 minutos antes (se ha observado que a los 45 minutos se produce la máxima biodisponibilidad), la segunda dosis inmediatamente después y la tercera dosis a las 6 horas. Se dividió a 16 sujetos (deportistas de rugby de élite) en 4 grupos, sometiéndoles al protocolo que aparece reflejado en la imagen siguiente.

La tarea de daño muscular que indujo el ejercicio comprendió 25 repeticiones durante 25 m de saltos de una pierna en una pendiente descendente del 8%. Cada repetición fue separada por 90 s. Se pidió a los participantes que cubrieran los 25 metros lo más rápido posible. Una vez realizado el entrenamiento, los sujetos fueron sometidos a diferentes tests para valorar la función muscular.

  • Como conclusión interesante, se reportó menor pérdida promedio de potencia en sprints en el grupo suplementado, en comparación con el placebo. En el resto de valores relacionados con el daño muscular y el dolor muscular en este caso no se vieron diferencias entre grupos en este estudio.

Tampoco se observa relación entre el consumo de curcumina y menor dolor muscular en cuádriceps en el estudio realizado por McFarlin y colaboradores, donde se sometió a 28 sujetos a realizar 6 series de 10 repeticiones de press de pierna con una carga aproximada del 110% de su 1RM estimado. Los sujetos fueron divididos en 2 grupos, administrándose a uno de ellos 400 mg de curcumina los dos días previos al ejercicio y los 4 días después. Como decíamos, en este caso los resultados no muestran una mejoría en el dolor muscular inducido por el entrenamiento realizado. Sin embargo, se observa que la curcumina resultó en una respuesta de CK en el primer día de un 44% menor, a los 2 días un 49% menor, a los 3 días un 57% y a los 4 días un 69% menor comparación a placebo. Ambas condiciones experimentaron un aumento significativo en CK debido al entrenamiento realizado, sin embargo, el grupo de la curcumina tuvo un aumento significativamente menor.

Por otra parte, un protocolo similar sigue el estudio realizado por Nicol y col. (2015), donde observaron mejoría del rendimiento muscular (determinado por el aumento en el salto altura a una pierna) 24 y 48 horas después del ejercicio de fuerza en individuos suplementados con curcumina (5 g / día - 5 días). A su vez, la curcumina se asoció con menor incremento de dolor muscular asociado con DOMS con respecto al placebo, en distintos ejercicios (sentadilla a una pierna, estiramiento de glúteo o bajar escaleras), a las 24-48 horas, variando en función del ejercicio. A su vez, la curcumina tuvo un probable impacto reductor en la actividad de la CK en suero a las 24 h y 48 h después del ejercicio en relación con el valor inicial, en consonancia con lo visto en el estudio de McFarilin y col., y a diferencia de lo que se observa en el estudio realizado por Tanabe y col., (2019) previamente analizado.

"VAS (Visual Analogue Scale) es la escala comúnmente utilizada en estos estudios para valorar el dolor muscular."

Una reciente revisión (Crawford y col., 2019) ha analizado todos los estudios que se recogen en relación a 19 suplementos dietéticos diferentes con el objetivo de comprobar su eficacia, calidad y seguridad a la hora de utilizarlos para reducir el dolor muscular. Tras la exhausta revisión, los dos suplementos dietéticos que han mostrado un mayor beneficio potencial para el dolor han sido la cúrcuma y boswellia. Sin duda, serían las dos áreas principales de investigación, aunque ambos mostraron cierta evidencia en función de los estudios publicados, la evidencia publicada es de baja calidad. Por el momento, el uso de cúrcuma en la dieta diaria estaría recomendado, siendo necesario realizar estudios de investigación más sólidos para confirmar o negar sus efectos. En otros productos como el extracto de aceites de aguacate (1/3) + soja (2/3) (ASU), la capsaicina, el jengibre (como fuente de alimento), la glucosamina, la melatonina, los ácidos grasos poliinsaturados y la vitamina D se observó como sus posibles beneficios superaban los riesgos, pero aún hay mucha incertidumbre sobre su efecto beneficioso. En este estudio sí se posicionan en contra del uso de colágeno, creatina, garra del diablo, l-carnitina, metilsulfonilmetano, pycnogenol, extracto de corteza de sauce y vitamina E para el tratamiento del dolor muscular. La siguiente gráfica es bastante representativa del papel de todos estos suplementos en relación al efecto estudiado.

Un estudio ha evaluado la relación entre la cúrcuma y la protección de la barrera gastrointestinal.

Para poner en contexto este estudio, hay que conocer que el estrés por ejercicio físico en condiciones de calor aumenta el daño de la barrera gastrointestinal y por tanto el riesgo de insolación. Durante el ejercicio de resistencia prolongado en condiciones ambientales cálidas, el flujo sanguíneo se desvía de los tejidos hepato - esplácnicos hacia el músculo esquelético y la piel. Este estrés isquémico causa daño a la barrera gastrointestinal que permite que las bacterias gran negativas se transfieran desde la luz intestinal hacia el portal y las circulaciones sistémicas. El lipopolisacárido (LPS), un componente de la pared celular de estas bacterias es altamente inmunogénico. Después de la interacción con el receptor tipo Toll 4, su receptor de reconocimiento de patrones, LPS inicia un factor nuclear (NF)kB que media una cascada proinflamatoria que puede contribuir a una mayor elevación de la temperatura central, coagulación intravascular diseminada y fallo orgánico múltiple. Por esta razón, la translocación de LPS desde el tracto gastrointestinal a la circulación se considera uno de los principales impulsores del golpe de calor por esfuerzo (EHS).

En el estudio realizado por Szymanski M. y col. en 2017, demostraron que 3 días de suplementación con 500 mg de curcumina (Meriva) redujeron el aumento de temperatura corporal central y temperatura corporal media y frecuencia cardiaca, tras el estrés por esfuerzo físico (carrera al 65% VO2max a 37ºC durante 60 minutos). En segundo lugar, demostraron que estos cambios estaban acompañados por reducciones en el daño de la barrera gastrointestinal, como lo indican concentraciones circulantes más bajas de la proteína de unión a ácidos grasos (I-FABP). La I-FABP es un marcador de daño de la barrera gastrointestinal y mostró una mayor elevación después del ejercicio aeróbico para el grupo placebo (después del ejercicio: 87% frente al 58%; 1 h después del ejercicio: 33% frente al 18%) que para el grupo suplementado con curcumina. En conjunto, estos datos sugieren que la suplementación dietética de curcumina a corto plazo puede ayudar a reducir el riesgo de golpe de calor por esfuerzo en individuos no aclimatados.

La cúrcuma también ha sido estudiada por sus potenciales efectos antiinflamatorios y su capacidad antioxidante.

En este mismo estudio, se demostró que además de la disminución de las concentraciones circulantes de I-FABP, hubo también un descenso de IL-1RA después del ejercicio en el grupo que tomaba curcumina. Dado que IL-1RA es un inhibidor natural del efecto proinflamatorio de IL-1, se sospecha que el daño reducido de la barrera gastrointestinal pudo haber disminuido la necesidad de una regulación positiva de la señalización antiinflamatoria.

Tanabe y col., en 2018 observaron que el marcador inflamatorio (IL-8) fue parcialmente atenuado por la ingestión de curcumina (180 mg de Theracurcumina) en los 7 días previos a un ejercicio excéntrico. Estos hallazgos sugieren que la ingestión de curcumina antes del ejercicio puede atenuar la inflamación temprana.

También en el estudio de McFarlin y col., en 2016 se observa un menor aumento de IL-8 (un 21% menor) tras un entrenamiento que inducía daño muscular, en el grupo suplementado con 400 mg de curcumina durante 7 días, además de un menor incremento de TNF-alfa (un 25% menor). En el estudio de Nicol y col., en 2015 se observaba una menor concentración de IL-6 a las 24h de concluir el entrenamiento, en el grupo suplementado con 5 g de curcumina durante 5 días.

Por otra parte, y entrando en el papel que juega la curcumina como agente antioxidante, Chilelli et al. (2016), en su estudio realizado en Italia con 47 ciclistas, observaron que el grupo suplementado con curcumina + Boswellia serrata (10 mg / día y 105 mg / día - 3 meses) mostraba una mayor reducción de productos finales de glicación avanzada (PGA). Estos productos son un grupo heterogéneo de macromoléculas formadas por la glicación no enzimática de proteínas, lípidos y ácidos nucleicos. La glicación excesiva en humanos puede conducir a un efecto nocivo particularmente asociado con la rigidez de los tejidos ricos en matrices extracelulares y proteínas de larga vida, como el músculo esquelético, las articulaciones de los tendones, los huesos, el corazón, las arterias, los pulmones, la piel o el cristalino de los ojos. Takahashi y col. (2013), por su parte, en un ensayo clínico realizado en Japón con 10 hombres, observó que los grupos suplementados con curcumina (90 mg / día y 180 mg / día - 1 día) mostraron una concentración sérica más baja de derivados de metabolitos reactivos de oxígeno en comparación con el placebo después del ejercicio aeróbico (caminando o corriendo al 65% de VO2 máx.). El grupo placebo, mostró valores más bajos de glutatión reductasa (GR) inmediatamente después del ejercicio, que antes del ejercicio y mostró valores más altos de glutatión peroxidasa (GPX) 2 h después del ejercicio.

Sin embargo, el hecho de que la capacidad antioxidante de un compuesto pueda suponer un beneficio para el rendimiento deportivo es un tema muy controvertido.

A fines de la década de 1990 y principios de la década de 2000, se produjo un cambio de paradigma en el pensamiento sobre el impacto biológico de la producción de ROS inducida por el ejercicio. Más específicamente, durante la mayor parte de la década de 1980, los ROS producidos en los músculos esqueléticos durante el ejercicio se consideraron perjudiciales para las fibras musculares sin consecuencias positivas. Sin embargo, esta visión comenzó a cambiar después del reconocimiento de que el Óxido Nítrico (NO) era una molécula de señalización biológica importante. Durante la década de 1990 y principios de 2000, se publicaron una serie de experimentos que demuestran que las ROS tienen una influencia bifásica en la producción de fuerza del músculo esquelético. Estos trabajos revelan que, en el músculo no fatigado, se requiere un nivel óptimo de ROS para que las fibras musculares generen el 100% de su producción de fuerza isométrica máxima. Por ejemplo, la eliminación selectiva de O2 o H2O2 de la fibra usando antioxidantes, da como resultado una disminución en la producción de fuerza máxima muscular. Por el contrario, aumentar los niveles de ROS en la fibra por encima del punto óptimo da como resultado una disminución en la capacidad de los músculos para generar fuerza.

El concepto de hormesis inducida por el ejercicio ha recibido apoyo reciente de varios investigadores (aclarando términos: Hormesis = dosis necesaria en su justa medida para resultar efectiva, ni más ni menos). En teoría, la producción de ROS inducida por el ejercicio podría ser un arma de doble filo, por lo que un nivel bajo de producción de ROS durante el ejercicio promueve la adaptación fisiológica positiva en los músculos esqueléticos activos, por ejemplo, biogénesis mitocondrial, síntesis de enzimas antioxidantes, proteínas de estrés, etc. , mientras que los altos niveles de producción de ROS provocan daños en las estructuras macromoleculares (p. ej., proteínas, lípidos, ADN). Aunque se ha postulado la producción de ROS inducidas por el ejercicio en el músculo esquelético como una curva de hormesis en forma de campana, no hay convincente evidencia de que el ejercicio prolongado de alta intensidad resulte en daño tisular y en una función fisiológica deteriorada. (Powers y col., 2020).


Un estudio ha relacionado el consumo de cúrcuma y la mejora de la respuesta psicológica.

En el estudio realizado por Sciberras. J y col., los participantes informaron puntuaciones "mejores de lo habitual" en la evaluación subjetiva del estrés psicológico cuando se suplementaron con curcumina, lo que indica que se sintieron menos estresados durante los días de entrenamiento en comparación con el placebo, aunque no hubo diferencias en el RPE durante ninguno de los entrenamientos. días o pruebas. La curcumina administrada fueron 500 mg de Meriva durante los 3 días previos a la prueba (consistente en un ejercicio de 2 h en cicloergómetro).

A modo de resumen, en la figura siguiente se muestran todos los beneficios potenciales del empleo de curcumina en el deporte.

Las evidencias presentadas indican que la suplementación con curcumina en seres humanos es probablemente segura y beneficiosa para el deporte y la actividad física, debido a la reducción de la inflamación y el estrés oxidativo, la reducción del dolor y daño muscular, recuperación muscular, mejora de rendimiento deportivo, respuestas psicológicas y fisiológicas (térmicas y cardiovasculares) durante el entrenamiento, así como la función gastrointestinal. Sin embargo, la curcumina aún no se considera un suplemento deportivo con nivel de evidencia A, por lo tanto, aún se necesitan más estudios para confirmar los resultados y establecer una dosis segura y efectiva.


BIBLIOGRAFÍA EMPLEADA:

Estudio principal:

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Curcumina y salud:

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Sahebkar A. (2014). A systematic review and meta-analysis of randomized controlled trials investigating the effects of curcumin on blood lipid levels. Clinical nutrition (Edinburgh, Scotland), 33(3), 406-414. https://doi.org/10.1016/j.clnu.2013.09.012

Curcumina en el dolor y daño muscular:

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Tanabe, Y., Chino, K., Sagayama, H., Lee, H. J., Ozawa, H., Maeda, S., & Takahashi, H. (2019). Effective Timing of Curcumin Ingestion to Attenuate Eccentric Exercise-Induced Muscle Soreness in Men. Journal of nutritional science and vitaminology, 65(1), 82-89. https://doi.org/10.3177/jnsv.65.82 

Tipos de curcumina. Absorción y dosis:

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Shoba, G., Joy, D., Joseph, T., Majeed, M., Rajendran, R., & Srinivas, P. S. (1998). Influence of piperine on the pharmacokinetics of curcumin in animals and human volunteers. Planta medica, 64(4), 353-356. https://doi.org/10.1055/s-2006-957450 

Sunagawa, Y., Hirano, S., Katanasaka, Y., Miyazaki, Y., Funamoto, M., Okamura, N., Hojo, Y., Suzuki, H., Doi, O., Yokoji, T., Morimoto, E., Takashi, T., Ozawa, H., Imaizumi, A., Ueno, M., Kakeya, H., Shimatsu, A., Wada, H., Hasegawa, K., & Morimoto, T. (2015). Colloidal submicron-particle curcumin exhibits high absorption efficiency-a double-blind, 3-way crossover study. Journal of nutritional science and vitaminology, 61(1), 37-44. https://doi.org/10.3177/jnsv.61.37

Vareed, S. K., Kakarala, M., Ruffin, M. T., Crowell, J. A., Normolle, D. P., Djuric, Z., & Brenner, D. E. (2008). Pharmacokinetics of curcumin conjugate metabolites in healthy human subjects. Cancer epidemiology, biomarkers & prevention : a publication of the American Association for Cancer Research, cosponsored by the American Society of Preventive Oncology, 17(6), 1411-1417. https://doi.org/10.1158/1055-9965.EPI-07-2693

Otros:

Crawford, C., Boyd, C., Paat, C. F., Meissner, K., Lentino, C., Teo, L., Berry, K., & Deuster, P. (2019). Dietary Ingredients as an Alternative Approach for Mitigating Chronic Musculoskeletal Pain: Evidence-Based Recommendations for Practice and Research in the Military. Pain medicine (Malden, Mass.), 20(6), 1236-1247. https://doi.org/10.1093/pm/pnz040

Sciberras, J. N., Galloway, S. D., Fenech, A., Grech, G., Farrugia, C., Duca, D., & Mifsud, J. (2015). The effect of turmeric (Curcumin) supplementation on cytokine and inflammatory marker responses following 2 hours of endurance cycling. Journal of the International Society of Sports Nutrition, 12(1), 5. https://doi.org/10.1186/s12970-014-0066-3

Szymanski, M. C., Gillum, T. L., Gould, L. M., Morin, D. S., & Kuennen, M. R. (2018). Short-term dietary curcumin supplementation reduces gastrointestinal barrier damage and physiological strain responses during exertional heat stress. Journal of applied physiology (Bethesda, Md. : 1985), 124(2), 330-340. https://doi.org/10.1152/japplphysiol.00515.2017